Una cosa es la soledad, y otra bien distinta la desolación. Soy fiel a la idea de que a través de la meditación y de la introspección, se pueden lograr estados mentales con un alto interés artístico y estético. Me refiero a ese estar en sintonía con nuestras emociones, con la intuición. El amor propio y de otros.
Y es que a lo largo de los últimos años, he descubierto que en la íntima soledad de mi cuarto, ya sea por ejemplo leyendo un libro o tomando fotografías del atardecer, he sentido una inspiración tan sobrecogedora como auténtica.
Decidí plasmar todas estas ideas en una serie de 7 fotografías en las que juego con esa luz del atardecer que tanto me mueve y me fascina, y el bonito color de la piel. Mi objetivo principal era quedarme solo con la atención elemental que rodea y suple la piel, vaciando cualquier atisbo de identidad. He querido hacer hincapié en la luz, la composición, el color, siempre cálido y la relación entre el fondo y la figura, dando más peso a esta última.
En resumen, mi serie pretende ser un reflejo de auto-vaciamiento, de amarse, y de comprender que la abundancia y la belleza son solo estados de pura consciencia.
Y es que a lo largo de los últimos años, he descubierto que en la íntima soledad de mi cuarto, ya sea por ejemplo leyendo un libro o tomando fotografías del atardecer, he sentido una inspiración tan sobrecogedora como auténtica.
Decidí plasmar todas estas ideas en una serie de 7 fotografías en las que juego con esa luz del atardecer que tanto me mueve y me fascina, y el bonito color de la piel. Mi objetivo principal era quedarme solo con la atención elemental que rodea y suple la piel, vaciando cualquier atisbo de identidad. He querido hacer hincapié en la luz, la composición, el color, siempre cálido y la relación entre el fondo y la figura, dando más peso a esta última.
En resumen, mi serie pretende ser un reflejo de auto-vaciamiento, de amarse, y de comprender que la abundancia y la belleza son solo estados de pura consciencia.
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