María Concha y Joaquín France
Conspirar, 2022
Instalación, artecorreo
Sobre de correo, motor eléctrico, tabla de madera MDF
Conspirar, 2022
Instalación, artecorreo
Sobre de correo, motor eléctrico, tabla de madera MDF
Un sobre de correo que respira. Un oxímoron que me permite unir dos prácticas que son fundamentales en mi vida: el artecorreo y la meditación. Y que a la vez vuelve extraño un objeto inanimado al darle vida.
La meditación es una práctica que en ocasiones es concebida místicamente, aunque en realidad es algo bastante sencillo. Meditar, como verbo, es estar consciente del momento presente. Entendiendo esto como un proceso en constante flujo (fluxus). Al hacernos conscientes de ello, sin resistirnos, simplemente sintiéndolo, notamos que la respiración es quizá una de las abstracciones más puras de esto —de entrar en el flujo, como dice Boris Groys—. Y no es casualidad que este sea el punto de atención de muchas de las técnicas de meditación: el movimiento de la guata al inhalar y al exhalar.
En medio de toda la incertidumbre, el caos y la asfixia del mundo contemporáneo, la respiración siempre está ahí. Sin embargo, tampoco podemos aferrarnos a ella, porque entonces dejaríamos de respirar. Como la música, si nos atamos a una nota, la canción ya no existe. Todo tiene que fluir, seguir, pasar, cambiar: inhalar y exhalar, inhalar y exhalar, inhalar y exhalar, inhalar y exhalar. Y aunque esto suena bastante monótono, no lo es; cada inhalación-exhalación es un poco distinta. Y entonces, ¿qué pasa cuando la respiración se mecaniza? ¿Y qué sucede cuando se respira con otrxs, cuando se conspira?
Dice Franco “Bifo” Berardi que la conspiración, del latín “conspirare” (respirar en conjunto), es un acto revolucionario. Pienso entonces: ¿Cómo transformar la respiración de un proceso inconsciente y meramente productivo —de supervivencia— a un acto consciente e incluso poético? De hecho, la respiración es de los pocos procesos biológicos que suceden tanto de forma automática, como de forma controlada: si nos hacemos conscientes de ella, podemos modificarla. Siguiendo este hilo de pensamiento y usando las palabras de Berardi: ¿cómo pasar de la conectividad a la conjuntividad? Entendiendo la conectividad como aquello que se establece entre individuos aislados, precarizados y preocupados por sobrevivir; y la conjuntividad como las relaciones que se establecen entre cuerpos afectivos que se cuidan. ¿Cómo respirar en conjunto? Y más allá, ¿cómo respirar en conjunto a la distancia?
Quizá el artecorreo sea una respuesta. Podríamos regresar a esta práctica que tuvo su boom en los cincuentas y sesentas, entre artistas que buscaban formas distintas —alejadas del mercado— de compartir su obra, y más allá del “arte”, su vida, su respirar. Abordar esta práctica ahora desde nuestro contexto: alejarnos de las pantallas y la inmediatez para hacernos conscientes de nuestra respiración, y entonces, respirar con otrxs: conspirar. Y finalmente aproximarnos a este gesto poético de respirar desde una democratización y desmitificación del arte. El respirar como un impulso creativo. Algo que sale de la guata. Dice el diseñador Pann Lim: “Ser creativx no se trata de convertirse en diseñador, pintor o artista. La creatividad es un modo de actuar y de pensar. Es algo que simplemente pasa, casi como respirar”.
Y termino: vamos de un lado a otro (como un sobre, o una estudiante de intercambio), buscando quién sabe qué. No encontramos eso que buscábamos, ¿y entonces qué? Es fácil olvidar que lo que buscamos ya está aquí. Y la respiración es un buen recordatorio de eso. Conspiremos.
Video de referencia: https://www.youtube.com/watch?v=VgW68Oci580 (Luis Jaime Estrada, 2021) Libro pendiente: Fenomenología del fin. Sensibilidad y mutación conectiva (Franco “Bifo” Berardi, 2017)
Descripción general
Un sobre de correo que simula el movimiento de respiración (inhalación y exhalación) colocado sobre una tabla de madera en el piso.
Sobre
El sobre, que realmente fue enviado por Correos de Chile, contiene todos los datos y sellos del viaje: destinatario y remitente (María Concha se lo envió a Joaquín France, quien fue parte fundamental del proyecto), el sello oficial del correo, una estampa y una hoja con la información del envío pegada al sobre. Dentro del sobre se encuentra el motor que simula el movimiento de la respiración. Justo antes de iniciar la exposición, se enciende el motor y se cierra el sobre (para evitar que se acabe la pila del motor). El sobre se encuentra posicionado cerca del borde del lado derecho de la tabla.
El sobre, que realmente fue enviado por Correos de Chile, contiene todos los datos y sellos del viaje: destinatario y remitente (María Concha se lo envió a Joaquín France, quien fue parte fundamental del proyecto), el sello oficial del correo, una estampa y una hoja con la información del envío pegada al sobre. Dentro del sobre se encuentra el motor que simula el movimiento de la respiración. Justo antes de iniciar la exposición, se enciende el motor y se cierra el sobre (para evitar que se acabe la pila del motor). El sobre se encuentra posicionado cerca del borde del lado derecho de la tabla.
Base
La tabla de madera es levemente suspendida del suelo con dos soportes de madera que se colocan por debajo, siendo imperceptibles.
La tabla de madera es levemente suspendida del suelo con dos soportes de madera que se colocan por debajo, siendo imperceptibles.
