Durante el transcurso de mis estudios en el curso de Diseño de Productos Gráficos, me embarqué en un proyecto fascinante: la creación de un packaging de té que no solo se limitará a contener el producto, sino que también contará una historia visual que evoca a una temática ancestral.
El envase, concebido como un portal a otra dimensión, incorpora elementos gráficos y símbolos ancestrales que capturan la esencia celestial del té.
La elección de la tipografía desempeñó un papel fundamental en la creación de una identidad visual cohesiva. Opté por una tipografía que fusionara la elegancia clásica con un toque moderno, creando así un equilibrio que reflejara la dualidad entre lo antiguo y lo contemporáneo. Las letras dan forma a la narrativa, guiando al consumidor a través de un viaje gráfico que complementa la experiencia de saborear el té.
En cuanto a la paleta de colores, la decisión de trabajar principalmente en blanco y negro conotava la simbolización de la pureza y la luz con el misterio y la profundidad, creando un contraste visual que potencia la experiencia visual del consumidor.
Este proyecto de packaging va más allá de ser una simple envoltura; es una puerta de entrada a un mundo místico, donde la tipografía, los colores y el diseño del pack se entrelazan para ofrecer una experiencia sensorial única que transforma la simple acción de tomar té en un ritual celestial.
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Throughout my studies in the Graphic Design course, I embarked on a fascinating project: the creation of a tea packaging that not only aims to contain the product but also tells a visual story that evokes an ancestral theme. The packaging, conceived as a portal to another dimension, incorporates graphic elements and ancestral symbols that capture the celestial essence of the tea.
The choice of typography played a fundamental role in creating a cohesive visual identity. I opted for a typeface that merged classic elegance with a modern touch, striking a balance that reflected the duality between the old and the contemporary. The letters shape the narrative, guiding the consumer through a graphic journey that complements the experience of savoring the tea.
As for the color palette, the decision to primarily work in black and white conveys the symbolism of purity and light, juxtaposed with mystery and depth, creating a visual contrast that enhances the consumer's visual experience.
This packaging project transcends being a mere wrapper; it is a gateway to a mystical world where typography, colors, and pack design intertwine to offer a unique sensory experience that transforms the simple act of drinking tea into a celestial ritual.
