Hay tres proyectos que todo el mundo desea hacer. Uno es plantar un árbol. Otro es escribir un libro. El último, tener un hijo. Evidentemente, tener un hijo queda tachado de la lista. El vikingo calígrafo no ha aparecido todavía El chícharo que plantaste en algodón en primaria cuenta como árbol. 

Escribir un libro.

 
Suena tentador. Desde siempre ha sonado tentador. Pero nunca llegaste a arrancar en eso de escribir. No, somos más de darle forma a los pensamientos de forma visual. Te gusta eso de ayudar a la gente, ayudar a que comprendan conceptos, ayudar a desentrañar, a ocultar para hacer evidente. Sí, tú eres más de hacer un libro. No es casualidad, no, que desde los 13, cuando Internet Explorer era el cúlmen de lo moderno, te dedicaras a buscar cómo encuadernar tu propio cuaderno. O desde que estabas en la guardería, donde preferías comprarte un cuaderno y lápices a una muñeca y tu madre te decía «te gusta más que un tonto un lápiz, cobra sentido contigo» y tú respondías con un «pero, este no me gusta, quiero hacerlo yo». 

Bueno, aquí estamos. 

2016. Escuela de Arte de Sevilla. Asignatura de Diseño Editorial.